El Obradoiro y Sar suman ante el Andorra en busca de la permanencia (101-89)

ANDAR MIUDIÑO

Xoán A. Soler

El conjunto santiagués se sobrepuso a un mal inicio y supo manejar sus rentas

04 may 2024 . Actualizado a las 23:01 h.

El Monbus Obradoiro quiere seguir siendo equipo de la ACB. Para eso necesitaba, casi imperiosamente, ganar al Andorra. Y lo consiguió, con un gran partido y en un ambiente extraordinario: 101-89. Todavía no depende de sí mismo, porque sale perjudicado en el triple empate con Breogán y Granada. Pero hizo los deberes para ganar vida de cara a las dos últimas jornadas.

El partido empezó de la peor de las maneras para las huestes de Moncho Fernández, con un Andorra lanzado e inspirado. Tres ataques y tres triples, aparentemente sencillos. Y un parcial 5-13 en un visto y no visto.

La reacción llegó desde la defensa y el coraje, con Dotson tirando de energía y del equipo. La respuesta, otro parcial, esta vez 12-2. Los dos entrenadores empezaron a administrar esfuerzos con las rotaciones y el primer cuarto se cerró con un 26-22.

Con un quinteto más aspero, sin su tripleta de lujo en el perímetro pero con una buena lectura en ataque para que le llegase balones a Maric cuando se quedaba con un pequeño debajo del aro, el Andorra logró ponerse por delante.

Moncho Fernández fue deshaciendo los cambios y otra vez el equipo consiguió elevar su intensidad. Sin apenas auxilio de los triples, buscaba sus mejores argumentos en la defensa.

Mediado el cuarto hubo un momento de arbitraje Manresa, con las personales cayendo solo para un lado. Pero entre que a Tyson Pérez se le escaparon tres tires libres y el Obradoiro no se descompuso, las diferencias fueron creciendo lentamente hasta llegar a la máxima justo antes del intermedio, en una ataque atropellado que finalizó con un triple de Timma tan al límite que los árbitros necesitaron tomarse su tiempo en la revisión antes de darle validez. Era el 52-41.

El tercer cuarto tuvo dos mitades. En la primera el Obradoiro encontró su mejor baloncesto, con muy buenos porcentajes en el tiro, sin olvidarse de la defensa. Era un ciclón y llegó a mandar por 23 puntos poco después del paso del ecuador.

Pero el Andorra no se rindió. Sobre todo Harding, que asumió mucho protagonista con canastas de enorme mérito.

Moncho Fernández optó por reservar a sus jugadores más destacados para el último cuarto, por la acumulación de minutos y personales. Y la diferencia para entrar en el último cuarto se quedó en trece: 81-68.

Aún quedaba mucho sufrimiento porque las individualidades del Andorra necesitan muy poco para hacer estropicios. Montero tomó el relevo de Harding y con un triple, con más de seis minuto por delante bajó de la barrera psicológica de los diez puntos: 87-79. Y en el ambiente sobrevolaba la remontada del rival en la primera vuelta. Levantó 21 puntos en siete minutos.

Pero esta vez el partido era en Sar, que tiró del equipo como sabe hacerlo, y siempre cuando más lo necesita el equipo. Celebró un triple de Timma a dos minutos para el final, que ponía el 98-86, como si fuese un gol de Champions. También ayudaron los cambios en los emparejamientos defensivos.

Zurbriggen gobernó con mucho aplomo el tramo final, con un Timma que mostró jerarquía. Y el Obradoiro sumó una victoria con la que quiere agarrarse a la ACB. Con uñas y dientes, con Sar.