«A clase de Religión venían los cocineros de Culler de Pau, Bido y Pepe Vieira»

Cristina Viu Gomila
Cristina Viu CARBALLO / LA VOZ

CERCEDA

ANA GARCIA

Personas con historia | Los exalumnos de Enrique Roberto Lista García, franciscano cercedense, suman varias estrellas Michelín y recomendaciones de todo tipo

09 may 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

«A finais da década dos anos 90 decido estudar cociña na Escola de Hostalería de Lamas de Abade, en Santiago de Compostela, impulsado porque xa outros veciños de Cerceda, pobo do que son nativo, xa deran este primeiro paso, e animado polo padre Lista a quen lle estarei sempre agradecido». Suso Rodríguez, regenta el Pirixel, tercero en el ránking de los restaurantes de Arteixo, según Tripadvisor. En la página web de su establecimiento hace referencia a Enrique Roberto Lista García (1949), franciscano, cercedense y promotor de vocaciones culinarias. «A clase de Religión venían los cocineros de Culler de Pau, Bido y Pepe Vieira», recuerda. Suma, a través de sus alumnos, estrellas Michelín y haber intentado imbuirles a todos «la bendición de la mesa» como parte de la asignatura que impartía.

Casa familiar

El responsable de Bido, Xoán Crujeiras, además, es su sobrino. Él vuelve siempre que puede a la casa familiar. Además de ser docente en la famosa escuela de hostelería compostelana reconoce que en su convento se come «muy bien», pero le pierden los platos que su hermana aprendió de su madre, «por más sencillos que sean». «Cerceda es el mejor lugar del mundo», dice, aunque reconoce también que se ha encontrado siempre bien en todos los demás lugares en los que ha estado, sobre todo en conventos.

Durante su estancia en Compostela también llevó el albergue de transeúntes. «Te ibas encontrando gentes, una madre maltratada con dos hijos... A todos les buscábamos acomodo», explica. También fue docente en el politécnico de A Coruña y se encargó de que muchos chicos buscaran aprender un oficio o siguieran su vocación. Ahora está con el programa Familia Aberta un proyecto para evitar en lo posible la soledad y de lo que vino a hablar a la parroquia de Carballo.

Podría decirse que su vida ha discurrido entre la docencia y la acción social, pero ha tenido un papel también fundamental en la comunicación.

Cuando nacía la TVG se puso en contacto con el director, el camariñán José Luis Blanco Campaña, para que emitieran la misa los domingos. «Le escribí una carta pidiéndoselo», dice. ¿Se le deben, pues, a este fraile cercedense las eucaristías televisadas? «Blanco Campaña leyó la misiva que le mandé, pero su madre ya le había pedido lo mismo», reconoce. Para él, los oficios dominicales son muy representativos de Galicia y no podían faltar en la programación del nuevo canal autonómico.

Televisión y radio

Señala que cuando quisieron en San Marcos encontrar un sacerdote llamaron al Seminario de Santiago y no hubo respuesta y entonces acudieron al franciscano que había escrito, pero el que levantó el teléfono ese día en el convento fue el primero. Después le sucedió Roberto Lista, que fue sustituido por José Isorna, que era delegado diocesano de medios de comunicación.

Cuando Andrés García Vilariño se jubiló dejó el programa A Sentinela. Roberto Lista le sustituyó y el cambió el nombre. «No me parecía adecuado porque así se llama la organización de los Testigos de Jehová en portugués», explica. Pasó a ser Polo Camiño da Fe y se mantuvo el modelo de entrevistas. Por allí pasaron muchos cardenales y obispos y en ello estuvo varios años, compatibilizándolo también con Día Santo, en la Radio Galega, donde dirigía una tertulia de cuestiones religiosas.

«Mi casa me parecía pequeñita comparada con el monasterio»

Los padres de Roberto Lista eran labradores, aunque su progenitor estuvo un tiempo trabajando para una empresa de seguros. En una visita que hicieron a Cerceda unos frailes franciscanos, los Lista García decidieron que lo mejor para su hijo menor era estudiar y se encontraron con la posibilidad de mandarlo a Herbón, adonde llegaban chicos de distintos puntos del noroeste español.

Allí se marchó con 11 años, sin siquiera plantearse si quería estar allí o si ese era su camino. «Siempre pensé que mis padres hacían lo mejor», explica. Reconoce que fue duro al principio, pero pronto compensó la lejanía de su casa con el ambiente de compañerismo y «formación y ambiente intelectual y moral», que se encontró en las inmediaciones de Padrón. Recuerda que solo venía un mes al año en verano. «Mi casa me parecía pequeñita, comparada con el monasterio», señala.

Vocación

A medida que avanzaba en sus estudios, Roberto Lista fue viendo que aquel era su lugar. Explica que la vocación le fue llegando de forma paulatina, natural. De Herbón pasó a Santiago y de allí a Salamanca, una ciudad preciosa en la que se encontró muy a gusto, sobre todo por el ambiente estudiantil. Se le nota muy adaptable porque fue enviado de misión a Tánger, el colegio español y reconoce que se encontró con una ciudad fascinante. Explica que ese año fue muy gratificante y que había una colonia española muy interesante. Después volvió a Ponteareas, donde había estado antes.

Se había ordenado en 1974 durante unas vacaciones mientras estudiaba Catequética, pocos días antes de Navidad.