Beatriz García: «Nos conocimos con 14 años y nos casamos poco antes de su muerte»

A CORUÑA

MARCOS MÍGUEZ

La viuda de Jorge Peteiro inauguró esta semana una exposición sobre el pintor en el Kiosco Alfonso

28 abr 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Habla con dulzura. Han pasado 11 años desde la muerte de la persona con la que compartió toda su vida. «Dicen que el tiempo todo lo cura, pero cada día que pasa lo echo más de menos. Siempre te sorprendía, pero de forma natural, sin ser pretencioso ni arrogante. Hacía que el mundo fuese muy sencillo. Discutíamos mucho y llegábamos a un punto de conflicto en el que Jorge decía: Si de verdad esto no tiene solución, casémonos», recuerda con una sonrisa cargada de melancolía.

Charlamos en el Copacabana, a unos metros de donde le dio el primer beso a Jorge Peteiro y a escasa distancia del Kiosco Alfonso, donde esta semana se inauguró una gran exposición sobre su obra. «Nos conocimos con 14 años, él con el uniforme del Santa María del Mar y yo con el de la Compañía. Nos casamos poco antes de su muerte por temas legales, para dejar todo en orden», apunta Beatriz García Trillo mientras da un sorbo a un té Earl Grey.

Coruñesa de 1960, de Fernando Macías, ganó el concurso de dibujo de parvulitos y siempre tuvo claro que quería pintar. «Siempre pinté, pero una cosa es pintar y otra ser pintor. Jorge era muy artista y yo muy profesora. Di clases en las Escuelas de Artes y Oficios de Ourense, Lugo, Santiago y la Pablo Picasso. Hice alguna exposición y trabajos de ilustración», relata. 

Pasión por el artista

Hace tan solo unas horas que se inauguró la exposición y todavía se la nota emocionada. «El cariño de la gente es increíble. Se acercaban a enseñarme fotos en el móvil de cuadros de Jorge. Es entrañable, él estaría encantado. Era tenaz en sus proyectos, veo cuadros gigantes que pintó y pienso en cómo encajar todos esos elementos sin un boceto y sin repetir un color. Su obra es muy valiosa y cada día más. Voy descubriendo cosas nuevas cada vez que vuelvo a ver sus trabajos», destaca.

Me siento un privilegiado al poder visitar la exposición con Bea. Es fiel oyente del programa Voces de A Coruña, de Radio Voz, y percibo esa cercanía. Me señala en algunos cuadros una figura, me dice que es ella y me explica detalles que son un tesoro. Noto que siente pasión por la forma de ser de su pareja, fallecida con tan solo 54 años, y por su faceta artística. ¿Qué estaría haciendo Jorge Peteiro si estuviese vivo? «Estaría aplicando su obra a cantidad de cosas. Para el mundo textil, desde alfombras a ropa, etiquetas de vino, o colaboraciones como los pines que hizo para La Voz que mucha gente llevó en la solapa en la inauguración. Y seguiría pintando», resume. 

Pasado y presente

Hablamos de Jorge y también de ella. «A él le gustaba salir con su barca por Sada, jugar al tenis y al futbolín. Le encantaba jugar a las cartas con sus primos y hacerse trampas. El ajedrez, la novela negra, ir al cine y su descapotable eran algunas de su pasiones», recuerda. Beatriz lleva una vida tranquila. Dice que estos días nota un vacío en su casa porque algunos de los cuadros los descolgaron para llevarlos a la exposición. «Mi vida es muy rural. Paseo con mi perro, te oigo en la radio, leo, voy a la biblioteca Rialeda de Oleiros, donde siempre me aconsejan muy bien, y escribo más que pinto», resume. Seguimos caminando por las salas del Kiosco Alfonso. Hay personas que la conocen, la saludan con cariño y le recuerdan momentos vividos. Da la sensación de que Jorge Peteiro sigue vivo de alguna manera y que te vigila desde sus cuadros. Bea me habla de cuando tenía 12 años y fue con su amiga Paloma Cano al taller de pintura de Chicha Solla, donde empezó a pintar al óleo. Del día que conoció a Pucho Ortiz, a Alfonso Abelenda o a Álvaro Caruncho. «Teníamos una pandilla que parábamos en el Cantón Bar, donde coincidíamos con lo que era la vanguardia coruñesa», rememora. Siempre rodeada de arte y toda la vida unida a uno de los grandes artistas y personajes de la ciudad, Jorge Peteiro. Inolvidable.