«En el mar estuvimos ocho días, yo logré embarcar en la patera sin pagar», relata uno de los diez inmigrantes acogidos en Sobrado

SOBRADO

Varios de los inmigrantes trasladados a Sobrado, subiendo a las habitaciones a descansar.
Varios de los inmigrantes trasladados a Sobrado, subiendo a las habitaciones a descansar. Marcos Míguez

Fueron trasladados a una pensión, donde permanecerán un máximo de un mes

10 nov 2023 . Actualizado a las 16:45 h.

A las seis y media de la mañana llegaron, cansados y con sueño, los diez jóvenes africanos que el Gobierno trasladó a Sobrado desde Canarias, tras un viaje en bus desde Madrid. Llegaron y desayunaron, con timidez, como reconocía Gelines Méndez, propietaria de la pensión Vía Sacra, donde los han alojado en tres habitaciones con cuatro camas. «En Sobrado no somos racistas», dice para que nadie dude de que los diez jóvenes tendrán una buena acogida, pese a los problemas idiomáticos, en este establecimiento abierto hace tres años. Solo la mitad hablan francés; el resto, dialectos. Son de Gambia, Senegal y Mali. La previsión es que se queden un período máximo de un mes en esta pensión de 12 habitaciones situada en pleno centro de Sobrado, con vistas en la parte posterior al monasterio. Dos personas de Accem, una organización sin ánimo de lucro, los ayudan con el idioma y el papeleo con el ministerio.

Gelines se desvive por que estén a gusto y asegura, emocionada, que somos un país de emigrantes. Explica que uno de ellos salió en manga corta y a sus llamadas para que volviera a guarecerse del frío respondió con un saludo. «Isto non é Canarias, pero non me entendeu», explicaba antes de preparar el menú del mediodía, en donde el plato principal fue pollo al horno con patatas. Tras comérselo, le chapurrearon un «nice», antes de volver para la cama a descansar. Continuaban exhaustos del trajín de viaje y solo uno salió por la tarde a pasear abrigado con un plumífero.

Cheikh Amour se muestra reacio a hablar y rechaza cualquier tipo de fotografía, «por seguridad». Explica que tiene 23 años, salió de Gambia hacia Senegal, estuvo años allí y volvió a casa varias veces, hasta que decidió emprender un viaje que lo llevó a Mauritania, Marruecos y, de allí, a El Hierro. «En el mar estuvimos ocho días, yo logré que me dejaran embarcar sin pagar la patera», comenta y explica que algunas veces los patrones dejan subirse a una o dos personas para completar pasaje sin abonar el billete. Una suerte que atribuye a la caridad, ya que el precio puede superar los 5.000 euros. «No fue fácil, pero no hubo problemas», explica de una travesía que hizo en una embarcación junto a otras 192 personas. Algunas de ellas también han llegado a Galicia, pero fueron trasladadas a Sanxenxo. Del grupo de Sobrado dice que no conoce a nadie. A la ciudad de A Coruña llegaron otros diez, que fueron trasladados a un hotel.

«Yo era el hombre de los 12 empleos», explica Cheikh Amour gráficamente sobre qué hacía para ganarse la vida en Gambia y Senegal. «Lo que fuera saliendo, comerciaba, colocaba pavimentos, vendía alimentos...», comenta. Dice que espera trabajar, pero que por el momento, va a seguir las indicaciones de Accem. Su aspiración es lograr el reagrupamiento con un hermano que lleva viviendo unos 15 años en Madrid, pero que ahora está de viaje en Senegal.