Críquet, el deporte de las colonias británicas se hace sitio en los Juegos Olímpicos

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SAMUEL RAJKUMAR | REUTERS

Es, después del fútbol, la disciplina con más seguidores en el mundo

26 oct 2023 . Actualizado a las 10:24 h.

Cuando a alguien se le pide que piense en un deporte al que se juega con un bate, dos son los que le vienen automáticamente a la cabeza: el béisbol, en primer lugar, y el críquet en segundo. Uno de origen americano, el otro, europeo. Nada tienen que ver. Muchas son las diferencias. Aunque en el mundo occidental, quizá por su origen y su fuerte implantación en Estados Unidos, la modalidad que practicaban Barry Bonds y Joe Dimaggio sea la más conocida, algunas publicaciones sitúan al críquet como la segunda disciplina en el mundo con mayor seguimiento, con 2.500 millones de adeptos, solo superada por el fútbol, con 3.500. Su inclusión en el programa olímpico de los Juegos de Los Ángeles 2028 podría darle visibilidad más allá de las antiguas colonias inglesas.

Porque, si hay una nación con la que se pueda identificar el críquet, esa no es otra que el Reino Unido. Ya en el siglo XVIII, era considerado como el deporte nacional en Inglaterra y desde allí se exportó a todos sus territorios. En la actualidad, Australia, India, Sri Lanca, Afganistán, Zimbabue, Antillas, Pakistán y Bangladés son potencias en esta disciplina, considerada la más importante del país en algunas de estas naciones.

En España, su práctica es más residual. La asociación nacional, que aglutina a los practicantes, ha expedido esta temporada 1.450 licencias, algo que no va acorde al tercer puesto alcanzado por la selección en el último Europeo, solo superada por Inglaterra (campeona) y los Países Bajos. Aunque desde el año pasado está reconocida por el Consejo Superior de Deportes como agrupación de clubes, no puede convertirse en federación hasta que reúna 65 entidades registradas. Solo lleva 33. No obstante, Jaime González Molina, el jefe de operaciones de este ente, anuncia movimientos para incrementar la afiliación: «Por toda España hay grupos de pakistaníes jugando sin oficializarse en equipo. Vamos a hacer una ofensiva para captarlos».

Porque una de las ventajas que tiene el críquet, respecto a otros deportes, es que, en plan amistoso, se puede jugar en cualquier terreno. Solo hacen falta unos bates, más anchos y planos que los del béisbol, una pelota, unos palos y unas fichas. El juego consiste en que el bateador debe proteger los postes de los lanzamientos de las bolas del equipo que ataca. Una vez que lo evita, podrá intercambiar su posición con el compañero que está enfrente tantas veces como pueda. Gana el equipo que más permutas o carreras logra.

Reglas sencillas para el segundo deporte más popular del mundo, pese a vivir a la sombra del béisbol.

Una selección española multicultural y políglota

Hace meses, cuando España consiguió la clasificación para disputar el Europeo absoluto masculino de críquet, un vídeo del combinado nacional se viralizó. En el mismo se veía a los jugadores, escuchando el himno nacional, algunos con la mano en el pecho. La peculiaridad era que todos los integrantes del plantel eran de origen extranjero, en su mayoría indio y pakistaní.

El presidente de la agrupación Cricket España abordó el tema de forma pública, alegando que todos tenían vínculos con España, ya sea por sus progenitores o por haber nacido en este país.

«La selección está compuesta por jugadores españoles cuyos padres y madres son españoles, otros cuyo padre es español y madre británica o viceversa, otros hijos de pakistaníes, indios, sudafricanos… La convivencia es perfecta, puesto todos tienen una misma pasión y defienden el mismo color, el rojo de su camiseta», expresó el dirigente entonces.

Pese a la normalidad que quiso darle el dirigente, los integrantes de la selección tuvieron que soportar comentarios racistas y xenófobos, simplemente, por defender la bandera española.

Actualmente, en críquet no está regulado que los integrantes de la selección tengan que estar nacionalizados.

Otra peculiaridad que se da es que el idioma que se habla en el seno del equipo nacional es el inglés, lengua materna de sus seleccionadores, Corey Rutgers y Alastair Priddle. Una circunstancia a la que también restó importancia el presidente de la agrupación: «Además de ser la lengua de este deporte, un factor muy interesante para los niños y niñas que deciden empezar a jugar al críquet es que. además de los beneficios de la práctica deportiva, crecen en un entorno donde pueden aprender inglés».