La Supercopa le regala a Arabia un derbi soberbio teñido de blanco (5-3)

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Joselu festeja el cuarto gol del Real Madrid en la semifinal de la Supercopa
Joselu festeja el cuarto gol del Real Madrid en la semifinal de la Supercopa JUAN MEDINA | REUTERS

El Real Madrid se impone al Atlético tras dos horas de fútbol vertiginoso en las que pudo la mayor ambición y el aguante de los de Ancelotti

10 ene 2024 . Actualizado a las 23:19 h.

Como producto del fútbol negocio, Arabia Saudí soltó un fajo de millones y recibió, envuelto en el papel de una semifinal de Supercopa de España, un tremendo derbi a domicilio. Atlético y Real Madrid completaron dos horas de fútbol vertiginoso y contados respiros, dándoles forma de contienda decantada por una cuestión de aguante y ambición del lado de quien ejercía como local en el orden del marcador y las preferencias del público.

Le faltó profundidad de banquillo al Cholo, que abrió el envite con Saúl, para sumar su músculo al de Koke y De Paul, enfrentándolo al de Valverde y Tchouameni. Completaba el trío de blanco un Modric que no escondió la pierna en las refriegas, pero su labor de contención está ahora más relacionada con la voluntad que con la consistencia. Lo pagaría el Madrid, aunque aún faltaban 37 minutos para que Griezmann pasase factura.

Tiempo perfectamente empleado por ambos bandos para servir un duelo entretenidísimo, de golpes constantes y espacios abiertos. A punto estuvo Samu Lino de aprovechar enseguida tantos metros de césped sin dueño: se le escapó por poco un centro en el primer minuto.

Cinco más tarde, para resarcirse, el brasileño encaró a Carvajal y empleó un resquicio para colocar el latigazo buscando la escuadra. De allí la apartó Kepa, agradeciendo la confianza de Ancelotti con una palomita soberbia. Córner y 0-1. Desenlace esperable cuando es Rodrygo quien se empareja con Hermoso, que cabeceó picado sin estorbo.

Enseguida amagó con doblar la ventaja el Atlético en una contra multitudinaria, resuelta sin ángulo por Morata cuando había varios compañeros esperando que devolviera hacia atrás el centro raso de Llorente.

El Madrid tardó en reponerse, lo que le llevó a Vinicius y Rodrygo a completar su repertorio de caídas sin premio en el área. El empate llegó en otro saque de esquina, aunque poco tuvo que ver con el que abrió la cuenta. Este lo provocó un disparo inocente (de un discreto Bellingham) y cuando se lanzó, las marcas parecían perfectamente compensadas. Pero Savic desatendió la suya y Rüdiger castigó el despiste.

Antes de la media hora, ya había llegado el 2-1. Envío preciso de Carvajal y estupendo golpeo con el exterior de Mendy, factor sorpresa personado en la frontal del área chica. Nuevo desequilibrio en el pulso que Griezmann enmendó por su cuenta.

Al francés lo dejaron muy suelto; perdonó una vez (midió mal los tiempos de un cabezazo consentido sobre el punto de penalti) y le llegó el momento. Recibió de espaldas, al borde del semicírculo, y se citó con Modric, factura en mano. Los tres compañeros que escoltaban al croata picaron con el desmarque de Morata, autorizando el uno contra uno que Griezmann resolvió con un baile precioso y un zapatazo.

Justo empate con goles para premiar el espectáculo que precedió al descanso. Rodrygo tuvo la delicadeza de no romperlo y, tras eliminar un par de oponentes, disparó contra los pies de un Oblak ya vencido sobre el césped. Imposible sostener semejante ritmo durante hora y media.

Por eso, a la segunda mitad le faltó la fluidez de la primera, y las ocasiones manifiestas se limitaron a un chut desviado de Lino, tratando de exprimir el error de Carvajal en la salida, y a otra gran intervención de Oblak. El esloveno se enfrentó cara a cara con el lateral blanco, beneficiario del saque rápido de una falta.

Por eso, además, las dianas de este tramo carecieron de belleza. El 2-3 fue el producto de una desafortunada salida de Kepa: quiso darle un puñetazo al balón antes de que lo alcanzara Morata, y acabó pateándolo hacia su portería. El 3-3 arrancó en un carrerón de Vinicius y se fue ensuciando mientras el meta del Atleti y sus defensas repelían los disparos del rival, hasta que Carvajal acertó con el suyo.

Cuando esto último sucedió restaban cinco minutos, y otros tantos de descuento. Dieron para que el Madrid se volcara intentando evitar la prórroga y para que Brahim rozara el cuarto como colofón a su serie de recortes en una baldosa de hierba. Recobraba la cita en sus estertores los bríos del arranque.

A la media hora de propina comparecieron dos equipos reformados profundamente, confirmando que Ancelotti goza de mayor profundidad de banquillo que el Cholo. Insistieron los del italiano en rascar en busca del premio que los del argentino protegían con hasta siete especialistas en labores destructivas. Para acabar de decantar la balanza, el estadio sonaba a lo que suena el Bernabéu.

La combinación solo podía conducir a la debacle colchonera; consumada por Savic al tropezar con un centro que no alcanzó a rematar Joselu. Ahí le entró la prisa al Atleti, ya sin armas para la gesta. Recurrió incluso a Oblak, para acabar cediéndole a Brahim el quinto a puerta vacía.

Ficha Técnica

Real Madrid: Kepa; Carvajal, Rüdiger, Nacho, Mendy (Camavinga, min.82); Tchouaméni (Brahim, min.82), Valverde (Güler, min.112), Modric (Kroos, min.67), Bellingham; Rodrygo (Ceballos, min.105) y Vinícius (Joselu, min.105).

Atético: Oblak; Llorente (Azpilicueta, min.105), Savic, Giménez, Hermoso, Lino (Molina, min.67); Koke (Galán, min.104), Saúl (Riquelme, min.67), De Paul (Witsel, min.90); Griezmann y Morata (Correa, min.91).

Goles: 0-1, min.7: Hermoso. 1-1, min.20: Rüdiger. 2-1, min.29: Mendy. 2-2, min.37: Griezmann. 2-3, min.78: Rüdiger (pp). 3-3, min.85: Carvajal. 4-3, min.116: Savic (pp). 5-3, min.120+2: Brahim.

Árbitro: Alberola Rojas (C. Castellano-manchego). Amonestó con tarjeta amarilla a Brahim (min.120+3) en el Real Madrid.