La final que todos querían ver

Jose Ramón

DEPORTES

JUAN MEDINA | REUTERS

11 ene 2024 . Actualizado a las 23:10 h.

No hubo sorpresa en Riad. El Barcelona se impuso al Osasuna en la segunda semifinal de la Supercopa, un partido que poco o nada tuvo que ver con el que vimos entre el Atlético y el Real Madrid el miércoles.

La primera parte del Barcelona fue excelente. Muy fiel a su estilo de juego y a su estrategia; eso sí, todavía muy lejos de lo más importante en estas lides: el gol. Por su parte, el Osasuna también tuvo muy claro a qué quería jugar en los primeros 45 minutos. Aguantaron de forma paciente, defendieron muy bien y mantuvieron la meta a cero al descanso, mérito que seguro hizo que Jagoba Arrasate y sus futbolistas se marchasen a los vestuarios con la sensación de estar haciendo un buen trabajo.

El segundo tiempo presentó, sin embargo, una nueva cara de ambos equipos. El Barcelona entendió que, pese a haber cuajado una buena primera mitad, necesitaba otras cosas sobre el césped si quería llevarse el partido. Con los cambios, sumó un plus de profundidad que le ayudó a encontrar a Lewandowski en el primer gol.

Los rojillos, que intentaron no mudar la estrategia inicial con a que habían estado cómodos en el primer tiempo, se vieron superados por la verticalidad de los azulgranas. La comodidad se volvió inquietud y los navarros no pudieron aplacar el cambio radical en el ataque de su rival.

Pese a la victoria, cabe destacar que este Barcelona no está en el nivel que se le presupone. Aunque por ejemplo Frenkie de Jong sí fue un valor en alza para ellos en este partido, los demás jugadores, en líneas generales, están rindiendo muy por debajo de lo esperado.

El Barcelona, un equipo que históricamente ha priorizado su sello de fútbol como vía para alcanzar grandes éxitos deportivos, ve ahora como gran parte de esa identidad no es tan convincente como lo era antaño.

En la final tendremos el partido que todos querían ver: el clásico. En principio, el Real Madrid parte con un ligero favoritismo de cara al choque aunque, como es evidente, en encuentros de este calibre, hacer predicciones es imposible.

El Barcelona necesita recuperar a Pedri como sea. Cuando está sobre el campo, ejerce un liderazgo sobre el resto del equipo que vale mucho. Por otro lado, el Real Madrid cuenta con un protagonismo mucho mayor, dividido entre sus estrellas. Sea como sea, cuando llegan estas citas, el favoritismo no existe.