Rebelo de Sousa: «António Costa será presidente del Consejo Europeo»

Brais Suárez
Brais Suárez LISBOA / E. LA VOZ

INTERNACIONAL

Rebelo de Sousa, durante el encuentro con los corresponsales extranjeros en Lisboa.
Rebelo de Sousa, durante el encuentro con los corresponsales extranjeros en Lisboa. BRAIS SUÁREZ

No se arrepiente de las decisiones que tomó tras el caso de corrupción

28 abr 2024 . Actualizado a las 10:47 h.

«Costa será presidente del Consejo Europeo», zanjó el presidente de la República portuguesa, Marcelo Rebelo de Sousa, en torno a una de las cuestiones más comentadas en Portugal: si el ex primer ministro socialista António Costa estará en condiciones de asumir la próxima presidencia de esa institución europea tras las elecciones de junio.

Lo hizo en un largo encuentro con corresponsales extranjeros, con motivo del aniversario del 25 de abril, evaluando la situación derivada de la operación Influencer, la investigación abierta el pasado noviembre por la Fiscalía que propició la dimisión de Costa y la decisión de Rebelo de Sousa de disolver el Parlamento. «Es la fórmula que encontré [para abordar el asunto]», aclaró, porque «la Justicia es independiente y no debo influir» en su trabajo.

Pero, «con lo que sabemos hoy, parece que el proceso puede estar resuelto más rápido de lo esperado; debe haber una evolución» en los próximos meses, dijo en referencia a la última decisión del Tribunal de Apelación de Lisboa, que ha desacreditado con rotundidad los indicios que presentó la Fiscalía. Tras esta sentencia, que se suma a la del juez de instrucción, en noviembre, no solo parece remota la imputación de Costa, sino que surgen dudas sobre la propia apertura del caso.

Una vez esclarecida la inocencia de Costa, requisito que él mismo puso para continuar con su carrera política, todos los escenarios confluyen para que pueda acceder al cargo de Bruselas: con su más que probable victoria, el Partido Popular Europeo (PPE) mantendrá la presidencia de la Comisión Europea, con lo que el Consejo debería caer en manos de los socialistas, reflexionó Rebelo de Sousa. «Costa es el gran favorito», dijo. «Es tan dialogante que podría lograr el apoyo de Hungría o Italia», lo que lo sitúa en «una posición muy fuerte». Además, «podría ocurrir que el proceso europeo se alargue hasta otoño», lo que daría más tiempo a la resolución del caso judicial en Portugal, que «tiene todas las posibilidades de acabar bien». «Nadie tiene su experiencia. Será un gran presidente, y eso es bueno para Europa y para Portugal», concluyó. 

«Deben cambiar»

El presidente de la República fue más allá: «Me da pena que quien concibió las conmemoraciones del 25 de abril [por Costa] no esté presente», lamentó, y añadió que «hubiera preferido que António Costa no hubiese dimitido». Es «un líder excepcional».

En esa línea, justificó su decisión de no prolongar la legislatura con un sustituto (entonces los socialistas habían propuesto al gobernador del Banco de Portugal, Mário Centeno) y disolver el Parlamento: «Hubiese sido imposible apuntar a un independiente como su sustituto». «Lo ocurrido era totalmente indeseable, pero pasó». Contrariando a la opinión pública, expuso que las consecuencias serían menos graves ahora que en dos años, al fin de la legislatura. «No era posible aplazarlo». Ahora, «deseo que los grandes partidos estructuras de la democracia se reformen, que vuelvan a hacer acuerdos de régimen que solidifiquen la democracia», dijo, explicando la necesidad de estabilidad presupuestaria. «Hay que pacificar el sistema político», concluyó.

De lo contrario, «aparecerán más partidos populistas e inorgánicos» para dar representación a los numerosos colectivos que todavía no se ven representados en el Parlamento. «La política es cada vez más emocional y eso la hace impredecible», dijo.

Lamentó los varapalos sufridos por los partidos constituyentes. «Me dio mucha pena el resultado del Partido Comunista, pese a nuestras diferencias. Siempre han sido impecables y es una institución del régimen», confesó, y asumió que Portugal se enfrenta a un nuevo sistema partidario.

Sus valoraciones sobre António Costa y el actual primer ministro, Luís Montenegro, levantaron en Portugal una polémica sacada de contexto. Alabó a Montenegro por su «estilo propio, muy retórico, lento, con los tiempos del país rural, algo muy característico del [conservador] PSD», lo que fue tildado de despectivo por los medios. «Es imposible influenciarlo y es muy imprevisible. Todos los días me da sorpresas; es estimulante, pero me da mucho trabajo», bromeó.