Este será el centro enogastronómico de Lugo, en la antigua Fábrica de la Luz junto al Miño
LUGO CIUDAD
Habrá una zona central con grandes islas circulares que servirán para divulgar las elaboraciones tradicionales de la gastronomía y los vinos lucenses
01 may 2024 . Actualizado a las 20:32 h.Mucho se tiene hablado desde hace décadas sobre qué uso se le va a dar a la Fábrica de la Luz de Lugo ciudad. Las hemerotecas están llenas de noticias y proyectos de todo tipo, alguno de ellos acabaron en el juzgado. Pero la última propuesta, con visos de realidad ya que hay concedidos casi dos millones de euros de fondos europeos para un plan de turismo sostenible, es recuperar esta instalación junto al río Miño en un centro enogastronómico.
La alcaldesa de Lugo, Paula Alvarellos, y el presidente de la Confederación Hidrográfica Miño-Sil, José Antonio Quiroga, firmaron este martes en la Casa do Concello un protocolo de cooperación que permitirá poner en valor la antigua Fábrica de la Luz y su entorno, recuperando así este complejo para el uso y disfrute de la ciudadanía.
Tras la firma entre ambas Administraciones, ahora se redactará un proyecto para adecuar los usos de la Fábrica de la Luz con el fin de que la dotación pueda convertirse en la sede del futuro centro enogastronómico previsto dentro del Plan de Turismo Sostible desarrollado por el gobierno local.
Indican desde el Concello que bajo los parámetros de sustentabilidad y eficiencia energética se hará el proyecto. La propuesta inicial contempla utilizar el volumen central del edificio, que cuenta con un amplio espacio diáfano de aproximadamente 7,5 metros de altura, en un taller donde los visitantes podrán gozar de distintas experiencias que ponen en contacto el mundo del vino y la gastronomía lucense.
Cómo será por dentro
En este espacio principal se instalarán grandes islas circulares como espacios multifuncionales que servirán para divulgar las elaboraciones tradicionales de nuestra gastronomía y promover los vinos del entorno.
El anteproyecto recoge que a ambos de lados de esta zona central se dispondrán los mostradores que albergarán la maquinaria para la elaboración y conservación de los vino y los alimentos. La intervención contempla una serie de actuaciones mediante técnicas «passivhaus» de arquitectura bioclimática que están encaminadas a mejorar el aislamiento y la eficiencia energética de todo el inmueble. Además, se mejorará la relación del interior del edificio con el entorno fluvial y con la instalación de una nueva carpintería exterior de altas prestaciones.
«A Fábrica da Luz ten un valor estratéxico dentro do noso proxecto turístico para Lugo. A súa recuperación permitirá posicionar ao noso municipio como un destino enogastronómico de referencia que poña en valor a nosa historia e a nosa gastronomía á vez que brinda unha oportunidade única para promocionar os nosos produtos de alimentación e vinícolas, o que sen dúbida repercutirá na dinamización do tecido produtivo a nivel local. O nome de Lugo sempre estará vinculado ao da excelencia gastronómica e debemos capitalizar esa potencialidade en beneficio da nosa cidade», explicó la alcaldesa de Lugo, Paula Alvarellos.
Por su parte, el presidente de la Confederación Hidrográfica destacó la importancia de poner a disposición de la ciudadanía este espacio en el entorno fluvial y resaltó la línea de colaboración entre ambas Administraciones para lograr este objetivo.
«Este é o primeiro paso para darlle unha nova vida a ese patrimonio etnográfico tan importante para os lucenses na ribeira do río. Con este sinatura remarcamos a intencionalidade de colaborar de ambas administracións coa idea clara de acabar sustanciando un convenio para que o Concello de Lugo poida desenvolver aquí os seus proxectos e achegar a cidadanía ao río Miño», concluyó Quiroga.
El coste de la reforma, hace dos años, era de 600.000 euros
Lorena García Calvo
El Concello de Lugo manejaba hace dos años un presupuesto de unos 600.000 euros para la reforma de la Fábrica de la Luz, incluidos en los más de dos millones que consiguió de fondos europeos. El objetivo que se marcó fue el de recuperar y adaptar el edificio de la Fábrica da Luz bajo criterios de máxima eficiencia energética
El edificio, amplio y de altos techos, fue restaurado por primera vez en el año 1999, con Joaquín García Díez como alcalde, que lo rescató de la ruina, pero se ha ido deteriorando con el paso de los años y necesita un buen lavado de cara y adaptarse a su nuevo uso.
El proyecto de la Fábrica da Luz como centro de enogastronomía apuesta por la gestión privada del mismo. El Concello prevé sacar la concesión para que alguna empresa se encargue de su día a día, como sucede, por ejemplo, con la cafetería del parque de Rosalía.
La idea con la que se quiere poner en marcha es que en el centro se potencien los productos de kilómetro cero y su producción de forma artesanal. También regenerar oficios tradicionales vinculados a sectores como la ganadería o la agricultura, además de la pesca, que por ejemplo se vincularía con el uso de los caneiros.
Parte de las instalaciones de la Fábrica da Luz quedarían reservadas para una exposición que repase todos estos oficios tradicionales, pero también se pretende que el centro tenga un espacio en el que los negocios puedan, por ejemplo, divulgar sus productos o su forma de trabajar. La idea es crear un espacio en el que las empresas privadas impulsadas por inversores y emprendedores puedan testar la viabilidad de sus iniciativas.
El plan municipal contempla también que en el espacio, pegado al río Miño, puedan ofrecerse experiencias culinarias y otras vinculadas a la producción vinícola y que se lleve a cabo el desarrollo de productos, mostrando, por ejemplo, su trazabilidad y su calidad.
Un edificio en el centro de la polémica para el que se barajaron diversos usos
La Fábrica da Luz es una rémora que persigue al Concello de Lugo desde que se perdió la concesión de la Confederación Hidrográfica Miño-Sil para producir electricidad. Desde entonces, además de generar debate político, el edificio ha sido un gasto continuo. Primero, por invertir más de 700.000 euros en dos turbinas que llevan años paradas y a las que no se llegará a dar uso, y más tarde por la indemnización de 2,4 millones de euros con los que la justicia obligó al Concello a indemnizar a la empresa que iba a tener la concesión de la pequeña central.
El caso es que, además, durante todo este tiempo se han barajado múltiples usos para un edificio que ocupa una localización privilegiada, en plena ribera del río Miño, con el paseo fluvial o el Pazo de Feiras a unos metros. En su día se pensó en el inmueble como taller escuela, más tarde Orozco propuso producir energía con maquinaria actual e incluso se habló de que sería un entorno idóneo como playa fluvial.
Las turbinas no tendrán cabida en el proyecto y se venderán
Las turbinas encargadas durante el gobierno de López Orozco para modernizar la Fábrica da Luz y generar energía languidecen desde hace meses en una nave de O Corgo a la espera de un nuevo destino.
Tras tomar la decisión de reconvertir en centro de enogastronomía la que fuera minicentral eléctrica, el gobierno local decidió venderlas. El motivo es que no tienen encaje en el nuevo proyecto y con su venta intentarán recuperar al menos una parte (previsiblemente pequeña) de los 700.000 euros que costaron en su día.
Hay que tener en cuenta que las turbinas fueron diseñadas específicamente para la Fábrica da Luz, por lo que no servirían para colocar en otro lugar.
La oposición lucense ha sido muy crítica con todo lo relacionado con la Fábrica da Luz y ha demandado que los políticos responsables asuman la indemnización de los 2,4 millones que tuvo que pagar el Concello a la empresa concesionaria. Ven un despilfarro en toda la gestión.