Estaciones o casas rectorales: los alojamientos son ahora singulares

Gladys Vázquez REDACCIÓN / LA VOZ

MERCADOS

Miguel García frente al albergue de Cerceda
Miguel García frente al albergue de Cerceda

Kairos, dedicada a los eventos, le da un nuevo giro al hospedaje. Inmuebles con historia son espacios adaptables que dan opción a todo tipo de actividades

14 abr 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Cuando Miguel y sus socios arrancaron el proyecto de Kairos a finales del 2017, nunca pensaron que acabarían gestionando alojamientos. Lo que de forma natural es una empresa de eventos, terminó cogiendo el camino de la diversificación. «Hemos gestionado desde el personal de la cabalgata de Reyes de A Coruña, hasta pruebas deportivas», dice divertido Miguel García Feijoó de Sotomayor, el alma de la empresa junto a Abraham Vieito y Alejandro Antelo. Una actividad que no han dejado, pero en la que se han cruzado nuevas oportunidades. «El mundo del alojamiento lo vimos como un espacio en el que también se podían organizar eventos. Entonces, nos enteramos de que salió a concurso el albergue de Lousame, en el monasterio de San Xusto de Toxosoutos, y el espacio tenía grandes prestaciones. Era una forma de generar negocio y se convirtió en la forma de empezar».

Kairos ganaba así su primera licitación y enfocaba el edificio no solo en un alojamiento clásico, sino en un espacio que pudiese acoger campamentos o realizar la función de albergue. «Es tan singular, con las cascadas alrededor, que vimos que hasta se podían organizar conciertos». Lo intentaron con uno de Los Secretos, que impidió el mal tiempo, pero que les dio más ideas sobre la cantidad de prestaciones que tiene. «El monasterio está metido en un valle y justo por allí pasa el río muy pegado, a unos cuatro metros de la casa. Tenemos ahí una primera cascada y desde cualquier sitio de la casa se escucha ese murmullo». Un complejo que se compone de la antigua casa rectoral, con cuatro habitaciones y una pequeña casa independiente.

«Empezamos en el 2019 y está funcionando muy bien como alojamiento. Tras la pandemia, tuvo tirón porque era un gran espacio para compartir con la familia y estar más o menos aislado. De media, en invierno, está ocupado tres fines de semana de cada cuatro».

LA SEGUNDA CASA

Tras Lousame, a Miguel y su equipo les picó el gusanillo y hace un año surgía la segunda oportunidad. «También fue una licitación, en este caso del albergue de Cerceda. Vinimos a verlo y nos pasó algo parecido a Lousame. También es un edificio singular, la antigua estación de tren, que se ha reformado como albergue. Tiene esa construcción de la época de los apeaderos. Es muy atractivo».

En este nuevo alojamiento priman las áreas de descanso e incluso la Vía Verde, que es una de las sendas resultado del acondicionamiento de infraestructuras en desuso, principalmente las vías férreas. «Le hemos dado un enfoque parecido a Lousame. Es cierto que aquí hay literas, pero podemos jugar según el tipo de grupo que sea, depende de quien venga», explica el director de proyectos de Kairos sobre un edificio que se puede alquilar incluso completo, como ya sucedió en Navidad con varias familias. «La versatilidad del edificio es muy importante para nosotros. Los eventos tienen ubicaciones muy temporales, son efímeras. Necesitamos que el coste del alojamiento no se amortice solo con un evento, tiene que haber un funcionamiento más de diario».

Ahora, en Cerceda dan un paso más y acaban de abrir el bar de las instalaciones. «No es nuestro mundo, pero tenemos ganas y estamos aprendiendo. En el albergue tenemos un encargado del alojamiento. En el restaurante tenemos cuatro profesionales, pero seguimos buscando para poder ampliar así el horario de atención», concluye.