«Urovesa quiere ser una empresa de referencia a nivel mundial»

a. c. álvaro ballesteros

SANTIAGO

El fundador y presidente de honor de URO Vehículos Especiales recibirá esta tarde el Premio a la Excelencia Empresarial que otorga el Club Financiero de Santiago. Sierra impulsó un crecimiento continuo de Urovesa, cuyos vehículos llegan ya a más de 25 países

01 dic 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

José Sierra recibirá hoy, de manos del presidente de la Xunta, el IV Premio a la Excelencia Empresarial, otorgado por el Club Financiero de Santiago. El fundador de Urovesa lo valora como una motivación para afrontar el futuro y como «reconocimiento a una carrera de fondo, a la evolución de un proyecto que, tras tres décadas de actividad creciente, ha sabido hacerse un hueco y consolidarse en un sector tan competitivo como el de la automoción, pero conservando muchos aspectos característicos de una pyme».

- Urovesa es, desde Galicia, una «rara avis» en un sector muy competitivo e internacionalizado. ¿Cuáles son las claves del éxito?

-Una correcta selección de las estrategias fundamentales, como la diferenciación, la especialización y la flexibilidad. La primera es muy lógica: siempre hemos intentado hacer algo diferente, para apartarnos de la estandarización de los grandes fabricantes donde no podríamos competir. Por otra parte, la especialización implica que tenemos que hacer algo muy concreto en lo que seamos mejores que los demás, y para ello nos centramos fundamentalmente en el mundo del todoterreno de muy altas prestaciones. Y finalmente, la flexibilidad nos permite adaptar nuestros productos de una forma rápida y eficiente a la demanda cada vez más dinámica de nuestros clientes.

- ¿Cuáles son en estos momentos sus principales líneas de trabajo?

-Van encaminadas a la ampliación de la gama de productos para cubrir más aplicaciones y nichos de mercado. En el campo civil, acabamos de desarrollar una línea de camiones con propulsión a gas y suspensión neumática, de dimensiones muy reducidas pero muy alta capacidad de carga, que puedan circular por calles estrechas en los cascos urbanos de las ciudades. En el ámbito militar, estamos trabajando en líneas de investigación como el uso de materiales más ligeros para blindajes, o de sistemas de potencia que amplíen la autonomía de nuestros vehículos. La innovación militar es mucho más intensiva en tecnología. Esto nos aporta una posición privilegiada porque, como en muchos otros ámbitos aparte de la automoción, lo que hoy son sistemas muy sofisticados exclusivamente militares pronto serán elementos comerciales que veremos como normales en aplicaciones civiles.

- Tomando como ejemplo un vehículo emblema de Urovesa, el Vamtac, ¿cuál es el resultado de su obsesión por la innovación?

-La innovación fue al principio fue una necesidad impuesta por nuestros clientes, pero hoy en día es una estrategia totalmente proactiva. Sobre el Vamtac desarrollamos entre tres y cuatro nuevas versiones todos los años, y tenemos ya más de sesenta variantes diferentes.

- Recientemente Urovesa estrenó sus amplias instalaciones en Valga. ¿Hay un antes y un después en cuanto a la capacidad de producción de la empresa?

-Sí lo hay y es lógico. Las instalaciones del Polígono del Tambre se remontan a 1981, y había cambios y mejoras necesarias que ya no podíamos realizar allí. Hemos trasladado a Valga procesos como por ejemplo la producción más seriada, que requiere espacios más amplios, o una gestión de líneas más flexible, moderna y eficiente; todo ello requería unas nuevas instalaciones hechas a medida. Pero también hubo que afrontar el reto de adaptar la forma de trabajar del personal a esas nuevas instalaciones. Sin embargo, no prescindimos de las de Santiago, puesto que allí se siguen desarrollando actividades clave como parte de la I+D, la integración de equipos especiales o la producción de series cortas de gran valor añadido, así como todo lo relacionado con el servicio posventa.

- ¿Cuáles son las fortalezas de Urovesa para competir y ampliar año tras año la cartera de clientes en mercados internacionales tan diversos?

-Diría que la primera es el posicionamiento de producto y marca que tenemos. La fama del producto es muy buena y casi todos nuestros clientes repiten porque el resultado de uso es muy satisfactorio. Por otra parte, la marca ya es una referencia en nuestro sector y, a pesar de que somos un poco desconocidos para el público en general, los clientes internacionalmente nos conocen, nos llaman a participar en los concursos de compra y nos consideran como una opción muy competitiva para sus proyectos de adquisición. Por otra parte, debido a nuestra dimensión no podemos estar presentes en todos los mercados de una forma global, y por ello para nosotros es muy importante una correcta selección de los mismos, valorando las posibilidades de éxito ante los proyectos que se manejan en cada país. Y, finalmente, es clave una buena selección de los agentes y representantes, pues ellos son los que en el día a día defienden nuestros productos y están en contacto con los clientes finales.

- ¿La internacionalización ha permitido a Urovesa resistir bien la crisis económica?

-Indudablemente, nos ayudó a resistir mejor y a no necesitar hacer ajustes drásticos en nuestra estructura en los momentos más difíciles de la crisis. Así, cuando la demanda interna bajó tanto, fueron áreas geográficas como el sudeste asiático o África las que tiraron de la demanda. Para nosotros se trata de una estrategia clave hoy en día, pero ya apostamos decididamente por salir al exterior a finales de los 90, porque eso nos permitía seguir creciendo y diversificar clientes, mercados y, en definitiva, evitar riesgos.

- ¿Cuáles son las expectativas de crecimiento de la empresa a medio plazo?

-Queremos dar un salto cualitativo en los próximos años, y convertir Urovesa en empresa de referencia a nivel mundial aumentando nuestra presencia en mercados estratégicos. Es fundamental no solo la evolución de nuestros productos actuales, sino también el desarrollo de nuevas líneas que nos sitúen a la vanguardia tecnológica y que nos permitan garantizar la sostenibilidad de la empresa en los próximos años. Para ello, estimamos que la facturación media debería rondar los 60 millones de euros, y el porcentaje de exportación debería alcanzar una media del 70 % de nuestra actividad.

- ¿Cree que, con carácter general, hay motivos para pensar que España está superando la crisis económica?

-Creo que ya está arrancando. Las empresas han hecho, en general, los deberes y han sabido adaptarse a las nuevas reglas de juego, que tras la crisis son diferentes en muchos sectores. Pero aun así creo que debemos ser cautos en cuanto a las previsiones y al ritmo de crecimiento, porque hay muchos factores exógenos que pueden generar incertidumbre y alterar la velocidad a la que evoluciona nuestra economía, como el precio del petróleo, las nuevas políticas que asuma el gobierno de Estados Unidos o las consecuencias del Brexit.

 - ¿Es optimista sobre la superación de errores del pasado?

-Todos debemos asumir que el contexto económico cambió y que no volverá a ser lo que era a muchos niveles. Si queremos recuperar la fuerza de nuestro sistema social y de bienestar, necesitamos generar recursos para ello, creando empleo más estable. Y esto, en mi opinión, se debe hacer evolucionando hacia un modelo económico que recupere el peso específico de la industria y la inversión productiva, que generan empleo con efectos multiplicadores mucho más intensos que el sector servicios.