Ana Rocha relata en «El sendero de la lavanda» su viaje hacia la herboristería

Begoña Rodríguez Sotelino
Begoña R. Sotelino VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

XOAN CARLOS GIL

La obra, su primer libro, es una narración que ha vivido como parte de una fase de superación personal

10 abr 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Ana Rocha nunca pensó que sería capaz de escribir un libro. Tampoco creyó que algún día tendría su propio negocio, y que su trabajo sería una inspirador viaje diario dedicado a tratar de ayudar a la clientela que acude a ella en su herboristería en Vigo, Lavanda Bio. Ahora disfruta de una labor que nada que ver con la huella que le dejaron sus empleos anteriores. No todos, pero sí el primero, el que con 17 años la llevó a Madrid con unas maletas que le robaron el primer día que puso un pie en la capital para limpiar y cocinar en el colegio mayor Somosierra. «Un día freí 200 huevos», recuerda ahora entre risas.

Su primer libro, El sendero de la lavanda, es una narración que ella ha vivido como parte de una fase de superación personal que acaba de presentar en el Círculo de Empresarios de Vigo bajo el ala de la editora Natalia Sanchidrián, que la ha acompañado en todo el proceso. En la obra, Rocha ha contado buena parte de su peripecia vital dejando para más adelante los capítulos más difíciles de compartir, los de una infancia traumática que la ha marcado.

Rocha estudió secretariado en el colegio Aloya, se formó también como decoradora, trabajó en hostelería y en el sector de la herboristería, «del que me enamoré», afirma. Los cinco años que pasó como empleada en un establecimiento ajeno le sirvieron para abrirse un camino nuevo que le iba indicando por dónde crece la lavanda.

«Escribir este libro ha sido para mi un viaje inspirador y sanador», afirma sobre una obra en la que atraviesa con los lectores un camino a través de los pequeños detalles de cada día, esos que parece que no llevan a ninguna parte, pero que terminan conformando una vida.

La lavanda es su flor favorita, una especie de espectacular belleza «que representa el equilibrio y me da calma, simboliza lo contrario a lo que yo soy, una persona muy nerviosa», reconoce la herborista nigranesa afincada en Vigo que abrió su tienda seis meses antes de la pandemia. Para ello buscó ayuda. «Me ayudaron en la Mancomunidade da Área Intermunicipal de Vigo y ellos me remitieron a Érguete, que me avaló económicamente como emprendedora. A mis 47 me hice autónoma y sin un duro en el bolsillo», cuenta, «pero yo lo que quería era ayudar a la gente, que fue lo que me llevó hasta aquí», relata.

Rocha estudió auxiliar de farmacia y psiconeuroinmunología clínica, PNI, «una disciplina que aborda las dolencias físicas y emocionales a través de tratamientos alternativos y complementos alimenticios. Ayudan, pero no sanan. No sustituimos tratamientos médicos, los remedios naturales nunca deben considerarse sustitutos de la medicina convencional», aclara. Pero también confiesa que a lo largo de sus trece años de experiencia en el sector, «he tenido el privilegio de acompañar a muchas personas en su camino hacia una mejoría en sus vidas», asegura. Lo que hace especial a la historia que Ana Rocha vuelca en El sendero de la lavanda es su motivación. Pero advierte: «No pretendo dar lecciones ni consejos, es mi historia, que le puede servir a quien lo lea, o no». El camino que describe la autora describe líneas curvas como las que marcan los campos de lavanda sobre la tierra: «Es un camino que acaba en una curva y que en cuanto la pasas, no sabes lo que te puedes encontrar. Al otro lado puede estar cualquier cosa», reflexiona la experta, que al final de la obra incluye una serie de recomendaciones destinadas a lograr el bienestar.