Un oasis entre leyendas de O Xurés

SOCIEDAD

Santi M. Amil

El Pozo Caído es una caudalosa cascada en invierno y un paraje para bañarse en verano. El remanso de agua nace en la Serra do Leboreiro y esquiva las piedras del río Pacín en las que se convirtió una serpiente.

04 may 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Cuando las leyendas de la Serra do Xurés se juntan con sus parajes naturales, se descubren lugares como el Pozo Caído. Esta majestuosa cascada está en el concello de Entrimo, escondida tras una cómoda senda y rodeada de cuentos que brindan magia al lugar. Desde «as pedras das serpes» que se suceden por todo el río hasta un túnel que lo conecta con el Castelo da Pía da Moura.

El Pozo Caído se ubica en el río Pacín, que nace en la Serra do Leboreiro, en Portugal, y llega hasta el embalse de Lindoso. Es uno de los lugares estrella del municipio y hasta ahora fue el lugar de veraneo de mucho vecinos sin llegar a masificarse de visitas. El acceso es fácil y apto para niños. Para llegar a este enclave se puede ir en coche hasta el núcleo de A Feira Vella, donde se coge una pista en la que ya está indicada la cascada. El camino llega hasta la playa fluvial de As Perdices, un área recreativa que ya permite disfrutar del entorno natural con mesas y el agua cristalina del río Pacín. Pero adentrarse en la naturaleza ofrecerá un tesoro mayor.

Desde el área, hay que seguir el trayecto a pie por un camino acondicionado y señalado de apenas un kilómetro. La entrada al Pozo Caído fue rehabilitada instalando unas escaleras de madera para poder bajar de forma segura hasta el agua. Aún así, en lo alto también hay una mesa como mirador a la cascada de Entrimo. En cada estación, el lugar tiene una esencia diferente. En el tiempo más lluvioso, la cascada lleva un impresionante caudal que apreciar y en verano, a la sombra de los árboles, es un oasis frente al calor en el que bañarse. Eso sí, hay que soportar la baja temperatura del agua. Aunque el entorno alrededor del pozo es pequeño, deja huecos para poder descansar y pasar el día entre esa belleza natural. El río Pacín sigue aguas abajo y también se puede recorrer en una ruta de senderismo circular con una duración de unas tres horas.

El pozo está encajado en la empinada sierra y lo que lo hace más especial es estar rodeado de leyendas. El cauce del río Pacín continúa con poca profundidad y entre numerosos pedruscos que dan a la zona el nombre de «a pedra das serpes». Entre los vecinos de Entrimo se cuenta la leyenda de que en este río había una serpiente que atrancaba el curso de agua y agredía a los habitantes de la zona. Para dejar de molestarlos, les exigía un tributo anual, no en monedas sino en mujeres jóvenes. Pero una de las chicas elegida por los vecinos para ser entregada a la serpiente no se resignó. Cuando fue hasta el río se enfrentó al animal arrojándole una piedra y esmagándolo. Entonces, la serpiente se convirtió en piedra y se partió en pedazos, que ahora son las grandes rocas que se suceden por el Pacín. La granítica montaña creó otras leyendas como la de A Pía da Moura, un castro conformado por una singular piedra vaciada en el centro que se usó para recoger el agua de la lluvia. La leyenda cuenta que una hechicera salía de noche a peinar su pelo con el agua de la pía y un peine de oro. Hasta los vecinos actuales llegó la fábula de que había un túnel que conectaba A Pía da Moura, en el alto de la montaña, con un punto del río Pacín, que nutre al Pozo Caído.

Mirador y merendero

El espacio fue rehabilitado con una entrada de madera, un mirador y un merendero

Área recreativa

Aguas abajo, conecta a un kilómetro con una playa fluvial con área recreativa