La tasca de Taka, el japonés que se enamoró de O Grove

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Martina Miser

El japonés Takahide Tanaka y su mujer, la búlgara Siana Mitkova, acaban de estrenarse como padres y como empresarios hosteleros al abrir su primer negocio propio, Okra, en el centro de O Grove, su casa.

20 may 2024 . Actualizado a las 20:26 h.

Es del sur de Japón, pero ya hace tiempo que se asentó en el sur de Galicia. «Soy gallego, y más ahora que tenemos un hijo de O Grove, Kenji, que tiene 5 meses y ya echa una mano en el negocio», comenta con buen humor Takahide Tanaka, Taka para todo el mundo. Es un nipón muy querido, de hecho, el día de la inauguración de su primer proyecto hostelero propio había una mezcla de mariñeiros de la zona, cocineros-amigos de toda Galicia, e invitados vip. Los hosteleros de aquí abren izakayas para imitar a las típicas tabernas japonesas, y Taka abre una tasca ya influido por el espíritu de nuestra tierra. Se llama Okra y ocupa un bajo en el centro de la localidad, donde estuvo la taberna Indian. «Lo del nombre me gustó por el sonido, por ser corto y fácil, porque suena a cocina, locura, verdura, cura... No es un restaurante, la idea es más informal», resume con un español muy bueno, aunque no siempre resulta sencillo seguirle. En esta aventura está acompañado por su mujer, la búlgara Siana Mitkova. Ella se formó en el Basque Culinary Center, y en su día aterrizó en Galicia para realizar unas prácticas en el restaurante Culler de Pau, toda una universidad de cocina para decenas de chefs. Allí trabajaba Taka, que fue mano derecha de Javier Olleros muchísimo tiempo. Entre fogones saltó la chispa del amor que terminó en boda hace algo más de dos años. La historia continúa, pero ya formando una familia y con un proyecto empresarial conjunto. 

COCINA «GALAICORIENTAL»

Les decía que a la inauguración de Okra acudieron muchos compañeros de profesión de los dueños. Son gente muy querida y todos admiran su talento como cocinero. «Somos una taberna de producto gallego con sabor japonés y vinos auténticos. La idea es que la gente pueda compartir un par de platos al centro. Lo más caro de la carta son 20 euros. Es una tasca demasiado barata», comenta sonriente. La carta, corta y cambiante, en función de la temporada, nada tiene que ver con una taberna tradicional gallega. Hay pollo, pero karaage, marinado y frito, acompañado de salsa. Y hay berenjena, pero con emulsión de miso y verdura asada. Como en una buena taberna de Galicia, no falta el pulpo, pero el de Taka está preparado con kimchi y lleva kale y emulsión de allada. Los callos los presenta con piparra frita y miso de garbanzo, y el escabeche de pescado del día lo marina en mirin y dashi. En los postres también se percibe la fusión galaicoriental con una tarta de queso con helado de sésamo o flan de té matcha y chocolate de yuzu. Eso sí, el pan es gallego cien por cien. «Me gusta el estilo callejero, rápido, a buen precio y con producto de calidad. Llevamos muy poco tiempo y estoy contento, aunque tenemos demasiado trabajo. Pero lo importante es que venga gente y que disfrute», resume este japonés que se enamoró de O Grove. Dice que siempre tuvo claro que en caso de montar un negocio propio tenía que ser aquí, donde le conoce mucha gente «y hay una materia prima de primera calidad, tanto de pescados, carnes como de verduras», apunta. El verano, que supuestamente está a la vuelta de la esquina, aunque no lo parece, nos trae una novedad en forma de tasca japonesa en uno de los lugares más turísticos de Galicia.