El Obradoiro se oxigena en Ponte Carreira antes de visitar al Real Madrid

ANDAR MIUDIÑO

El entrenador y tres jugadores compartieron parte de la mañana con los alumnos del colegio que más se volcó con el concurso de dibujo del club

26 abr 2024 . Actualizado a las 17:19 h.

El concurso de dibujo convocado por el Obradoiro para elegir las imágenes que ilustrarán la campaña de socio protector que está preparando el club fue el punto de partida para localizar una importante colonia de entusiastas jóvenes seguidores en el Colegio de Infantil y Primera de Ponte Carreira, en Frades. El centro escolar se volcó de tal manera que todos los alumnos hicieron su aportación, y dos de los trabajos fueron elegidos entre los tres mejores.

El Obra, que el domingo visita al Real Madrid, correspondió llevando la habitual rueda de prensa previa a cada partido hasta el propio colegio. Moncho Fernández acudió acompañado de Artem Pustvoyi, Jordan Howard y Rubén Guerrero, que acabaron disfrutando tanto o más que los jovencísimos alumnos, muchos de los cuales se presentaron con camisetas y bufandas del equipo y no dejaron pasar la ocasión de que se las firmasen.

Igualmente tres profesores, que cerraron la ronda de grafías y que probablemente tuvieron algo que ver en estar al tanto de esa convocatoria del concurso de dibujo e implicar a todo el colectivo. Y no como una acción aislada, sino como una más entre otras. A saber un par de ellas. Esta semana se celebró el día del libro y en Ponte Carreira se nota en detalles como el cambio del sonido de la sirena por una canción, la de «cuéntame un cuento». En una perspectiva menos puntual, organizaron una exposición de trabajos de los alumnos sobre los juegos olímpicos, que lucen en uno de los pasillos del centro.

Garrei

La joven audiencia hizo gala de un comportamiento ejemplar. Los alumnos de Primaria, de primero a sexto, asistieron a la rueda de prensa como si estuviesen en la ópera. Y no se desordenaron ni cuando les llegó el turno de hacer preguntas ni cuando tuvieron la ocasión de subir, por turnos, para la firma de autógrafos.

Los inicios en el baloncesto

Las preguntas no se salieron del guion de otras visitas. Guerrero y Pustovyi probaron en el baloncesto por sugerencia de sendos amigos, uno con diez años, el otro a los 14. Antes hacían atletismo y fútbol, respectivamente. «Era portero porque jugaba muy mal», confesó el ucraniano. Jordan Howard vivió entre canastas desde los «tres o cuatro años». Su hermano mayor y el pequeño (Markus, que milita en el Baskonia) eran sus contrincantes. También explicó que sus padres les dejaron claro desde el principio que «el baloncesto está bien, pero hay que estudiar». Una experiencia que vivió Guerrero en su etapa en la liga universitaria americana. Para poder jugar también le exigían resultados académicos. Pustovyi, en este punto de la charla, algo le explicó a Moncho Fernández, que ejerció como traductor, para que el técnico resumiese: «Siguiente pregunta».

A la conclusión del encuentro en una de las aulas, el Alquimista de Pontepedriña hizo corrillo con varios de los alumnos que lo rodearon para que cantasen el habitual grito de guerra del equipo: ¡Un, dos, tres, Obra!. Y repitieron después en el exterior, tras la foto de grupo que puso fin a la jornada.

Garrei

Para todos fue un día especial, pero en mayor medida para un fiel seguidor del equipo que siente devoción por Jordan Howard. Pudo conocerlo en persona, se llevó la firma en la camiseta y completó el júbilo cuando recibió de manos del escolta un balón firmado por todo el equipo.