Carlos Arias, colajes minimalistas que transmiten belleza desde A Coruña

Patricia García Lema
Patricia García A CORUNA

A LA ÚLTIMA

Marcos Miguez

Este artista cuenta historias a través de sus creaciones minimalistas, en las que hay recortes y recuerdos de las viejas revistas de su abuela y con las que trata de aportar una visión «más masculina al sector del colaje»

19 ene 2024 . Actualizado a las 20:53 h.

«Tengo vocación de cuentacuentos. Me gusta contar una buena batallita, siempre estoy hablando». Carlos Arias sonríe mientras habla de todo lo que le apasiona: la arquitectura, el arte, la moda. La belleza, en general. Con base en A Coruña, aunque natural de O Barco de Valdeorras, encontró en el colaje una vía para sacar mucha creatividad, para canalizar todos los estímulos que recibo». Así fue como nació su propia colección de creaciones hechas a base de recortes de revistas, fotos o postales antiguas, que muestra y vende a través de su perfil de Instagram: @cvrlosarias.

Marcos Miguez

Antes de mudarse a la ciudad, a la que llegó con su pareja «por amor por vivir en A Coruña», estuvo un tiempo en Belgrado, en Serbia, donde empezó a dedicarle más tiempo al colaje. «Siempre he tenido inquietudes artísticas». Entre ellas, la poesía: ya ha publicado su primer libro de poemas. Con los colajes, busca contar historias a través de cada uno de ellos. «Trabajo con series, y en cada uno de ellos hay cosas de mi niñez, de la naturaleza, la moda, de mis amigos, de países que me inspiran, de viajes».

Uno de los temas recurrentes es la moda a través de su abuela, «de su colección de revistas, de la máquina de coser; hay mucha inspiración de su casa, de mis recuerdos en el jardín, con las revistas de moda antigua, las de patronaje...». En sus trabajos se pueden encontrar recortes de revista de los años 60, revistas de Francia o incluso referencias a catálogos de moda de finales del siglo XIX y principios del siglo XX.

Marcos Miguez

Define su tipo de colaje como un «minimalista», en el que reina la limpieza, «en el que junto elementos, pero sin sobresaturar. Siempre están pensados y diseñados para que los puedas colgar en casa, para estar impresos», cuenta. Con ellos quiere «aportar también una mirada más masculina a un sector más femenino, como es el del colaje en España». Carlos habla de cada una de sus series con mucho cariño. Están Los muchachos, «que tiene una mirada más intimista al hombre»; The Magazine, inspirados en portadas de revistas; una inspirada en colecciones de postales; colajes que parten de De la tierra a la luna, de Julio Verne, o Venecia a la mesa, la última serie que hizo, «con un punto de humor», en las que los gondoleros usan en lugar de remos tenedores y cucharas. Y todas tienen una seña de identidad: un círculo de color, «que simboliza distintas cosas, a veces puede ser el sol, pero otras la luna. Engloba un poco todo y hace que tenga una unión. La gracia está un poco en que cada persona piense qué le está transmitiendo el círculo en cada ocasión».