El lote de tres bragas a 5 euros que arrasa en el mercadillo de Frigsa

Lorena García Calvo
Lorena G.C. LUGO / LA VOZ

LUGO CIUDAD

En el mercado lucense uno lo mismo se puede vestir para ir a la huerta que para asistir a una comunión

26 abr 2024 . Actualizado a las 13:32 h.

Son las once de la mañana y el mercado de Frigsa, en Lugo, comienza a verse vivo. Aunque la mayoría de los puestos ya tienen el género desplegado a eso de las diez de la mañana, a la clientela lucense no le va lo de madrugar y la hora punta arranca hacia media mañana. Que el día tampoco está para ir a la playa. 

El que más, el que menos, tiene tarea. La una que pregunta a cuánto están las botas, el otro que busca talla. Pero es en el puesto de Ana y su marido donde apenas hay descanso. Lo de 'que me lo quitan de las manos' es tal cuál. En su negocio uno puede comprar sujetadores, fajas, camisetas interiores, batas y bragas de todo tipo y tallaje, pero lo que triunfa son los lotes de tres bragas de algodón a cinco euros. Es un must (imprescindible) del mercadillo, que dirían los modernos.

«Es lo que más se vende. Yo tengo clientas que llevan conmigo 15 años. Y las que prueban, se llevan esta semana un pack y dentro de quince días vienen a por otro, de lo buenas que les salen», cuenta la comerciante. Aunque en los colgadores uno se puede encontrar lencería más especial o sostenes de marca, lo que triunfa es lo clásico, ya sea con un estampado u otro. Y entre todas las edades. Quizás en ese éxito también pesa que el matrimonio lleva 30 años yendo a Frigsa todas las semanas y tienen una clientela fiel. 

Vestirse de pies a cabeza

Imagínese que viaja a Lugo y en el camino se queda sin maleta. Si le coincide de pasar por el mercadillo que martes y viernes se celebra en Frigsa puede vestirse de pies a cabeza sin dejarse un dineral. En sus puestos lo mismo se compra zapatillas de casa que calcetines, y sin dejarse demasiados cuartos. Que hay vida más allá del Zara. 

Con un poco de ojo y un rato libre, uno localiza gangas para asistir a una comunión o para ser el más preparado de la huerta. Si necesita camisas o blusas, por cinco euros puede llevarse un par, si su estilo es más sport hay sudaderas a 10 euros (lo de la marca sería discutible) y si piensa en lucir palmito, a 25 euros hay trajes estampados que son última tendencia o cazadoras con tachuelas a 20 euros. Sin olvidar las parcas de señora, que parecen ser un clásico del mercado y que esta primavera se estilan en rosa y verde, si uno se guía por las perchas de Frigsa.

Los vestidos y las blusas son de lo más demandado
Los vestidos y las blusas son de lo más demandado Óscar Cela

«Se venden mucho las camisetas, que tenemos dos por cinco euros y los vestiditos ahora que viene el verano», cuenta un comerciante. A su entender, el mercadillo lucense es de los buenos y cuando el tiempo ayuda, todavía más. «En cuanto sale el sol la gente se anima», describe.  

Los que buscan propuestas diferentes, también las encuentran. De la parte alta de uno de los puestos del mercado cuelgan llamativos vestidos blancos y ocres con serigrafías de loros y de plantas que parecen sacados de una playa de Saint-Tropez. Al lado, pantalones de lino estampados (a 30 euros, que la calidad se paga), vestidos boho-chic y bolsos de rafia. 

Juegos de toallas a 10 euros, equipaciones de fútbol a 20 euros, pantalones, tres mandilones de señora por 20 euros, conjuntos de niño a 10... De todo y para todos. Y con algo de rebaja si uno está dotado del don del regateo. 

Si uno no tiene prisa, puede echar la mañana de puesto en puesto, a pesar de que esta semana ha caído el número de negocios que se han instalado. El Concello se ha tomado más en serio el control de los negocios y ha cambiado la forma en la que les facturan, y se ha notado en la afluencia de comerciantes. 

A pesar de eso, hay un buen número de negocios y se puede echar la mañana. Como lo de rebuscar cansa, también puede aprovechar para recargar la nevera. A unos metros de los puestos de ropa se encuentran un par en los que los quesos y la fruta son protagonistas y, si alguien está interesado en la huerta, hasta puede comprar cebolo para plantar. Que es la época.